Gracias a uno de mis maestros, leí hace poco el libro del politólogo peruano Eduardo Dargent Demócratas precarios. Élites y debilidad democrática en el Perú y América Latina. Sostiene el autor que su motivación para escribirlo fue la sorpresa que se llevó cuando, en 2005, vio como Ollanta Humala, a la sazón candidato presidencial y que, por su discurso y su cercanía a líderes del talante de Hugo Chávez, daba para pensar que, de ganar, sería poco respetuoso de las instituciones democráticas, era apoyado por algunos miembros de la izquierda peruana que habían sido duros críticos del fujimorismo, justamente por autoritario. "Mi primera sorpresa -dice- fue ver como personas que usaron los recursos que les brindaba una concepción liberal de la democracia para denunciar los abusos del fujimorismo relajaban los estándares frente a la posibilidad de triunfo de Humala".
Al investigar el porqué de esta actitud, Dargent concluye que las élites, entendidas como actores influyentes en la política y no solo como económicas y sociales, sean de izquierda o derecha, tanto en el Perú como en la mayoría de América Latina, subordinan su compromiso con la democracia liberal a sus intereses de corto y mediano plazo, actuando como demócratas únicamente cuando se sienten débiles y los recursos de la democracia les sirven para proteger sus intereses frente a gobiernos abusivos y abandonan esos valores cuando tienen poder y sus intereses pueden ser alcanzados por medios no democráticos, son entonces, "demócratas precarios" y se distinguen de los "demócratas verdaderos" porque estos últimos son capaces de sostener la democracia y sus principios aún cuando sería más conveniente para ellos pasarlos por alto en determinados momentos.
La lectura de este texto trajo a mi mente la actitud de ese movimiento que surgió en 2004 con el sugerente nombre de Ruptura de los 25, preguntándose ¿quién jodió al país?, y que acaba de presentar 205 mil firmas al CNE a fin de cumplir las reglas de inscripción. Esa organización se constituyó en uno de los actores políticos más visibles en defensa de la democracia cuando Gutiérrez propició el nombramiento, ilegal e inconstitucional, de la tristemente célebre "Pichicorte"; pero luego, cuando Rafael Correa convocó a consulta popular violando flagrantemente la Constitución de 1998, en un inexplicable giro, optaron por defender esa ilegalidad, sosteniendo en cuanto foro comparecían que ese camino era necesario para los fines perseguidos. Finalmente, luego de ciertos escarceos dentro del oficialismo por la convocatoria a la última consulta popular/referéndum, abandonaron el proyecto correísta aduciendo en su comunicado de separación que el presidente no puede excederse en sus funciones. ¿Demócratas precarios? Usted, amigo lector, sabrá juzgar.
Al investigar el porqué de esta actitud, Dargent concluye que las élites, entendidas como actores influyentes en la política y no solo como económicas y sociales, sean de izquierda o derecha, tanto en el Perú como en la mayoría de América Latina, subordinan su compromiso con la democracia liberal a sus intereses de corto y mediano plazo, actuando como demócratas únicamente cuando se sienten débiles y los recursos de la democracia les sirven para proteger sus intereses frente a gobiernos abusivos y abandonan esos valores cuando tienen poder y sus intereses pueden ser alcanzados por medios no democráticos, son entonces, "demócratas precarios" y se distinguen de los "demócratas verdaderos" porque estos últimos son capaces de sostener la democracia y sus principios aún cuando sería más conveniente para ellos pasarlos por alto en determinados momentos.
La lectura de este texto trajo a mi mente la actitud de ese movimiento que surgió en 2004 con el sugerente nombre de Ruptura de los 25, preguntándose ¿quién jodió al país?, y que acaba de presentar 205 mil firmas al CNE a fin de cumplir las reglas de inscripción. Esa organización se constituyó en uno de los actores políticos más visibles en defensa de la democracia cuando Gutiérrez propició el nombramiento, ilegal e inconstitucional, de la tristemente célebre "Pichicorte"; pero luego, cuando Rafael Correa convocó a consulta popular violando flagrantemente la Constitución de 1998, en un inexplicable giro, optaron por defender esa ilegalidad, sosteniendo en cuanto foro comparecían que ese camino era necesario para los fines perseguidos. Finalmente, luego de ciertos escarceos dentro del oficialismo por la convocatoria a la última consulta popular/referéndum, abandonaron el proyecto correísta aduciendo en su comunicado de separación que el presidente no puede excederse en sus funciones. ¿Demócratas precarios? Usted, amigo lector, sabrá juzgar.
Por: Arturo Moscoso Moreno
Publicado en Diario Hoy de 16/Octubre/2011:
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/democratas-precarios-507518.html