Alfredo
Bryce Echenique es un reconocido escritor peruano, autor de más de una decena
de novelas, de las que la más emblemática y reconocida es “Un mundo para
Julius” que narra, de forma magistral, con buenas dosis de ironía y humor, la
historia de la paulatina destrucción del mundo que rodea a este niño llamado
Julius y su pérdida de la inocencia, personaje del que uno no puede evitar
encariñarse, reír y sufrir con él. Luego vendrían otras como “La vida exagerada
de Martín Romaña” o “El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz”.
Bryce
también es autor de cuentos, ensayos y artículos de toda índole, entre los
cuales destacan los que publicaba en contra de Fujimori durante su gobierno. Otros
destacan por haber sido plagiados. Todo empezó cuando en 2006 el embajador de
Perú en la ONU lo acusó de haber plagiado un artículo suyo, a lo que Bryce
contestó que se debía “a un error de su secretaria”, luego declararía: “Mi
secretaria era yo. Todo eso me lo inventé porque estuve aturdido”, y más adelante
afirmaba que todo era parte de un “complot fujimorista que pretendía acabar con
él por la vía del descrédito.”
Sin
embargo, el organismo peruano de protección de los derechos de autor, INDECOPI,
lo encontró culpable del plagio de 16 artículos de 15 autores. Se habla de
varios plagios más, e incluso, de acuerdo a la revista mexicana Nexos, utilizó
parte de un discurso de otro escritor para una ponencia que presentó en el III
Congreso Internacional de la Lengua Española.
El
prestigioso Premio FIL de Literatura, antes premio Juan Rulfo, se otorga cada
año durante la realización de la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara y ha sido conferido a escritores como Parra, Rybeiro o Monsiváis,
por nombrar algunos. Este año el jurado se lo concedió a Bryce, calificándolo
como “una de las figuras fundamentales de la literatura latinoamericana.”
El
escándalo no se hizo esperar e inmediatamente 12 académicos mexicanos pidieron
que el premio sea reconsiderado debido a los plagios. En respuesta la FIL Guadalajara
difundió una carta firmada por 110 escritores e intelectuales defendiendo la
decisión. De todas formas, ante la presión pública, el premio, dotado de 150
mil dólares, finalmente se lo entregó a Bryce en su casa, casi a escondidas y
sin ninguna ceremonia de por medio.
Al
respecto, Juan Villoro se pregunta ¿es posible que la cultura esté al margen de
la ética? Yo creo que no. Aquí no hablamos de tendencias políticas o de
creencias, motivos irrelevantes para descalificar a un escritor, hablamos de ese
oficio como un todo, del que hacen parte, tanto sus novelas, como sus
cuentos y artículos. Si para sus obras,
el escritor hurta ideas de otros para hacerlas pasar por suyas, creo que existe
una falta de ética que no merece premiarse. Usted amigo lector ¿qué contestaría?
Publicado por Diario Hoy en: http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/un-premio-para-bryce-565569.html