viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Y el debido proceso? ¿ Y la verdad?

“¡Ni sé el nombre de este tipejo, pero que sepa con quien se está metiendo, yo soy el Presidente de la República pedazo de majadero! Tú eres mi subalterno y no puedes estar tratando de hacer quedar como mentiroso a tu jefe…”

Con estas palabras se refirió Rafael Correa a César Carrión, ex director del Hospital de la Policía en su cadena sabatina del sábado 23 de octubre, luego de que éste diera declaraciones a CNN aseverando que Correa no estuvo secuestrado en ningún momento y poniendo en duda la versión oficial del “secuestro” del Presidente y del “golpe de estado”.

Y más adelante dice: “Este señor afuera del hospital de los policías, fuera de la policía nacional y hable con el señor Fiscal porque este señor es parte de la conspiración.”

Ni corta ni perezosa, la Fiscalía inmediatamente, en cumplimiento de las órdenes del Presidente, inicia un proceso en contra de Carrión y el 27 de octubre éste es detenido, luego claro, de ser destituido de su cargo en el Hospital de la Policía.

Así, Rafael Correa se ha mostrado de cuerpo entero como lo que realmente se considera. Un líder supremo que dice quién miente y quién no y que ordena a la Justicia detener a un ciudadano por osar poner en tela de duda la verdad oficial, dejando por los suelos el debido proceso y el Estado de Derecho. Así, que confianza podemos tener en la justicia, en que se respeten nuestros derechos, y claro, en que algún día llegue a aclararse que lo que pasó realmente ese triste 30 de septiembre.

A continuación transcribo un excelente editorial de la Revista Vanguardia al respecto:

El post 30S y la paradoja de la justicia ecuatoriana *

El Presidente de la República se está disparando tiros en los pies. A su gobierno y a su imagen, el post 30S, el ejercicio de la injusticia, la manipulación, la persecución y la venganza le pueden causar muchísimo mayor daño que las propias balas que a su criterio quisieron matarlo. Y en esa voluntad de suicidio político lo ayudan personajes como los fiscales o los jueces, atrapados en una dependencia aún inexplicable para la mayoría de ecuatorianos. Esta justicia de la revolución ciudadana se muestra de cuerpo entero cuando varias personas se hallan privadas de sus garantías constitucionales luego de acusaciones verbales del presidente Correa en sus enlaces sabatinos.

Al parecer, esa Justicia no considera necesario el debido proceso JI menos le interesa buscarla verdad procesal. Para este sistema de Justicia lo que vale, la verdad revelada, es la palabra del Presidente de la República.

Es una cruel paradoja que un gobierno que llama a defender la democracia y la Constitución arrase de un plumazo con las garantías que la Carta Suprema propugna. Pero más cruel es que los administradores de Justicia pongan la conveniencia política por encima de sus deberes constitucionales. El artículo 76 de la Constitución garantiza que: "Se presumirá la inocencia de toda persona y será tratada como tal, mientras no se declare su responsabilidad mediante resolución firme o sentencia ejecutoriada".

El caso del médico y oficial de la Policía César Carrión es la muestra más deprimente de que el Estado de Derechos agoniza. Luego de recibir insultos y ofensas desde el podio presidencial, de ser sometido a escarnio público por el llamado primer magistrado del país, y acusado nada menos que de participar en una conspiración para asesinar al Presidente de la República, esa Justicia no demora en ejecutar la orden presidencial y lo reduce a prisión. Correa lo llamó pedazo de insolente por el novísimo delito de dar una versión que contradice la del golpe de Estado, tomada como verdad tan incontrastable por el gobierno y que se ha convertido en un acto de fe, firme muestra de lealtad Patria quien la defiende y garantía de supervivencia política.

La misma metodología irregular y de abuso se ha desarrollado para actuar en contra del mayor retirado del ejército Fidel Araujo, quien también luego de recibir las acusaciones desde el gobierno, fue objeto de una versión rocambolesca e inmediatamente reducido a prisión. Mención en esta catarata de infamias tiene también Mery Zamora, dirigente de la Unión Nacional de Educadores. Ella ahora está en la clandestinidad por el atrevimiento también de, siempre según el gobierno, incitar a estudiantes a protestar.

Parece que para la Justicia es suficiente la palabra presidencial para quitar a ciudadanos ecuatorianos sus derechos constitucionales. Palabra que es tomada como si fuera la voz de un César o de un dios que está por encima de la ley, de los derechos inalienables de las personas y del régimen democrático que están obligados a defender.

Una sociedad que renuncia a la aplicación de sus derechos y sus deberes marcados por la Constitución, las leyes y los tratados internacionales, está jugando con fuego. La Justicia es la más sagrada de las obligaciones de las autoridades y dignidades que se han erigido por el voto de sus mandantes. Romperla bajo cualquier consideración ajena a las leyes es garantía de peores tiempos para un país que no se merece ni el ejercicio tiránico ni la cobardía cómplice.

* Tomado de Revista Vanguardia del 1 al 7 de noviembre de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

Argentina y Tomás Eloy

Entre las innumerables ventajas que tuvo el haber crecido con mi abuelo, está la de haberme contagiado de su profundo amor a la literatura, a la música y por supuesto, a las caricaturas de La Pantera Rosa. Entre la variedad de libros que leía mi abuelo, sus favoritos eran los de Borges y los de Cortázar, habiendo incluso compartido tertulias literarias con éste último cuando vivió en Paris, dada su amistad con Jorge Carrera Andrade (¡que envidia!).

Como era de esperarse, estos monstruos de la literatura pronto se transformaron también en mis favoritos. Sus cuentos, de verdad mágicos, me dejaban fascinado y todavía conservo con devoción un viejísimo ejemplar de Ficciones que fue lo primero que leí de Borges. Entre los aspectos que más me atrajeron siempre de estos autores está la omnipresencia que tiene Buenos Aires en sus obras, constituyéndose en importante protagonista de éstas, razón por la cual, esperaba ansioso conocerla. Cuando finalmente lo hice, me gustó tanto que no quería salir de ahí. Me terminé de enamorar de Buenos Aires y de Argentina también.

El magnetismo que ejercen en mí esa ciudad y ese país, ha venido acompañado además, por ciertas circunstancias que me tienen en constante relación con ellas. Desde niño, salvo las veces en que ha clasificado Ecuador, siempre le he ido a Argentina en el Mundial de Fútbol, sobre todo por las piruetas increíbles que hacía Maradona (aunque debo reconocer que Pelé me parece mejor, en muchos sentidos). Hasta tuve una novia argentina. Uno de los sueños de mi esposa era tener su luna de miel en Bariloche, deseo en el que, obviamente, le di gusto complacido. Tengo muchos tíos, primos y sobrinos nacidos allá, producto de la emigración de un tío abuelo que se fue para el Río de la Plata a buscar mejor fortuna. Mi preciosa sobrina Eva, nació en Buenos Aires y es hija de uno de los argentinos que más quiero y de mi prima adorada. Más que un cinéfilo soy un adicto al cine (esto en cambio, lo heredé de mi madre), y el argentino es uno de mis favoritos. Y así, podría enumerar varios otros acontecimientos que siempre me mantienen cerca de esa ciudad y ese país.

Evidentemente, esa atracción ha sido acompañada de muchas lecturas, incluyendo algunas sobre la historia argentina, dentro de la cual siempre he encontrado fascinante el fenómeno de Juan Domingo Perón y Evita, figuras cuasi míticas en ese país y de las cuales es impactante conversar con algún viejo peronista convencido. Para quien no es argentino es muy difícil entender el significado de estos personajes en ese país y por más que uno estudie el tema, siempre queda la sensación de que se ha visto únicamente la superficie. Sin embargo, hay dos novelas claves para comprender este fenómeno, “Santa Evita” y “La Novela de Perón” de Tomás Eloy Martínez, autor que siempre admiré y cuya reciente muerte me tomó por sorpresa, puesto que no tenía ni idea de que estaba enfermo, y que me ha dejado muy consternado.

El relato que hace Tomás Eloy de las peripecias que tuvieron que pasar los restos de Eva Duarte de Perón en “Santa Evita” es magistral. Muchos quisieran encasillarla dentro del “realismo mágico”, pero no le pertenece a ese género. En este caso, como pasa mucho en Latinoamérica, la realidad supera a la ficción. Y si bien, tal vez no explique por si sola el por qué Evita es considerada casi una santa por un considerable número de argentinos, nos ayuda mucho a comprender el mito. Por su parte, “La Novela de Perón”, fruto de las largas entrevistas que mantuvo su autor con el mismo Perón en los últimos días de su vida, es un documento fundamental para entender, tanto a la leyenda como al ser de carne y hueso.

Tomás Eloy Martínez, además de escribir esas dos novelas que considero esenciales para entender algo de lo que es la Argentina, es autor de “El Vuelo de la Reina”, merecida ganadora del Premio Alfaguara de Novela y que se basa en una historia real que conocí casi de primera mano y de otras tantas novelas y artículos que no es mi interés enumerar porque ya lo han hecho las incontables necrológicas que han salido en estos días. Sólo quisiera agradecerle a Tomás Eloy Martínez por brindarme, a través de una excelente y entretenida literatura, otra pieza en el rompecabezas de la argentinidad y por qué no, de lo latinoamericano. Estoy seguro que Borges, Cortázar y claro, mi abuelo, estarán complacidos con su compañía.

sábado, 6 de febrero de 2010

La libertad de expresión en Venezuela

Dos perlas sobre las graves limitaciones a la libertad de expresión que se viven en Venezuela: la primera, el diario El Nacional publicó el pasado 28 de enero la fotografía que encabeza este artículo con el titular “Guardia Nacional usa garra de hierro para reprimir”. Inmediatamente el Gobierno de Chávez, a través del comandante general de la Guardia Nacional Bolivariana, Freddy Carrión, solicitó al Ministerio Público abrir una indagación a El Nacional por el presunto delito de “vilipendio” y “ultraje” contra la Fuerza Armada Bolivariana, declarando que la “garra de hierro” es un “aparatico” que usan los guardias para halar con una cadena desde lejos los cauchos que queman en las protestas.

La segunda, el 29 de enero pasado, el humorista venezolano Laureano Márquez publicó un artículo titulado “Venezuela sin Esteban” en el diario Tal Cual, que describe, en tono satírico, a una Venezuela sin Chávez. Inmediatamente, el Ministerio de Comunicación e Información Venezolano, al amparo de la Ley de Comunicación que rige en ese país, solicito al Ministerio Público sancionar a Tal Cual por “incitación a la violencia y a la guerra”.

Pregunto: ¿Es esto lo que queremos en Ecuador? ¿Es esto lo que persigue la Ley de Comunicación? Las respuestas y reflexiones se las dejo a ustedes.

“Venezuela sin Esteban**

Por: Laureano Márquez / humor en serio

Una Venezuela sin Esteban es difícil de imaginar, pero todos los científicos coinciden en señalar que el día en que el Presidente dejará el gobierno está cada vez más cercano y han realizado un documental para History CH en el que relatan cómo será Venezuela cuando el Jefe de Estado ya no esté...

...PRIMER DÍA SIN ESTEBAN: La gente realmente no puede creerlo y comienza a vivir un estado de confusión. Grupos armados pro gobierno (anterior) destruyen lo que queda del país (que afortunadamente era muy poco)...

Algunos ya completamente enloquecidos siguen aplaudiendo en Miraflores y gritando UH AH... Martha Colomina y Miguel Ángel Rodríguez toman la plaza Bolívar con un grupo de motorizados y cercan a Lina Ron... Venevisión se declara antichavista furibunda.

...PRIMER MES SIN ESTEBAN: Algunos todavía no reaccionan, pensando que va a regresar en cualquier momento. La gente comienza a dejar de comprar dólares como locos. El grueso de los militantes del PSUV dicen que nunca se imaginaron que el gobierno hacía las cosas que comienzan a descubrirse y que ellos no sabían... Llega al país ayuda humanitaria...

...SEIS MESES SIN ESTEBAN: ...Nicaragua y Cuba reclaman sus mesadas ante la corte de La Haiga. Llegan los primeros inversionistas. Los diputados chavistas comienzan a notar que las leyes que aprobaron antes son bastante antidemocráticas porque ahora se las aplican a ellos, y contribuyen a cambiarlas. Ya están libres todos los presos políticos juzgados arbitrariamente o detenidos sin juicio. Esteban sigue viviendo en Cuba con la excusa de que sin él "en Venezuela no hay quien viva" y se rebusca cantando en el Tropicana.

...DIEZ AÑOS SIN ESTEBAN: ...Comienzan a verse los primeros signos de reactivación económica. Ya hay inversionistas extranjeros que vuelven a confiar. La imagen internacional de Venezuela comienza a mejorar y luego de dos periodos de alternabilidad política sin traumas, la gente vuelve a creer en la solidez de la democracia. Los venezolanos que partieron del país durante el gobierno de Esteban, comienzan a regresar en masa atraídos por esta buena imagen internacional y por la reforma de la seguridad social que garantiza un sistema de salud decente a los ciudadanos. Se consigue nuevamente azúcar en los supermercados.

...VEINTE AÑOS SIN ESTEBAN: Muere oficialmente Fidel Castro y Raúl le pide a Esteban que abandone Cuba. Esteban regresa al país. José Vicente Rangel denuncia en su programa dominical las corruptelas de su gobierno y da nombres de los que se enriquecieron, menos uno. El ex presidente hace audición en Venevisión para conducir Sábado Sensacional, que aún a la fecha sigue sin animador, pero el canal le pinta una del tamaño de la colina y denuncia las atrocidades de su gobierno y la repugnante complicidad de algunos. Esteban se dedica a las tierras familiares en Barinas, en medio de constantes protestas de sus trabajadores por mejoras salariales y explotación capitalista.

...CIEN AÑOS SIN ESTEBAN: Del final del siglo XX venezolano y los inicios del XXI sólo queda ya un mal recuerdo. Se estudia el periodo como ejemplo de lo que no debe hacerse con un país. Muchos historiadores dicen que Venezuela entró al siglo XXI cuando Esteban dejó el poder. La gente ve con asombro los videos de cómo él se dirigía al país, de cómo trataba a los ciudadanos y a sus propios ministros. Muchos creen que se trata de una broma del programa cómico más antiguo de la televisión venezolana, Radio Rochela, que vuelve a estar nuevamente al aire en señal telepática abierta.”

*Fotografía de Ana Viloria tomada del El Nacional

** Artículo Tomado de Tal Cual

lunes, 1 de febrero de 2010

Ética y responsabilidad

A propósito de la malhadada (por decir lo menos), actuación del Fiscal General y sus obsecuentes en el caso del accidente en el que se vio implicada la cónyuge del primero, Aliz Borja, y en el que lamentablemente murió Natalia Emme; y de la costumbre presidencial de perseguir a todo aquel que insulte su “majestad”, quiero poner a su consideración las siguientes reflexiones de Simón Pachano, sobre la relación entre ética y poder, donde la primera siempre queda de lado a favor del segundo:

“Ética y responsabilidad *

Simón Pachano

No le va bien a la ética en su relación con el poder. Para muestra dos botones. El primero se encuentra en la disposición mostrada por el Fiscal General para mantenerse en el cargo a pesar del evidente conflicto de intereses en que se encuentra inmerso. Su respuesta a la sugerencia de renuncia que le hizo la Asamblea es lo que en el lenguaje diario se llama leguleyada y demuestra que le importa un pepino el carácter ético del problema en que está metido. Plantearlo como un tema legal, como un asunto de facultades y atribuciones, equivale a buscar la impunidad, porque la función que desempeña le da una posición privilegiada en el manejo de los instrumentos y los procedimientos que se requieren para la realización del proceso en que está involucrado indirectamente.

Lo que procedía era la renuncia inmediata, pero en lugar de ella el país se desayunó con el comunicado de los fiscales y empleados de esa dependencia, en donde se anuncia a los cuatro vientos el resultado final. El mensaje es claro: Natalia Emme será encontrada culpable de su propia muerte porque era colombiana y porque hablaba por un teléfono celular que registra la última comunicación alrededor de una hora antes del accidente.

Con algo que puede interpretarse como cinismo, el jefe de los firmantes anuncia el inicio de las investigaciones para determinar si es procedente sancionarlos por la incondicional manifestación de apoyo a él mismo. Si eso llegara a prosperar –algo más que improbable–, la cuerda se habrá roto por la parte más débil. Si, por el contrario, no pasa de las declaraciones altisonantes a las que es tan afecto el atildado personaje, se habrá sentado el precedente del espíritu de cuerpo para la solución de los problemas que involucran a individuos poderosos. En ambos casos, la justicia y la ética habrán quedado por los suelos. Por ello, queda como única solución el juicio político, que debe realizarse no solo ni principalmente por razones jurídicas, sino por un imperativo ético.

El segundo botón lo puso el Presidente al perseguir desaforadamente a un ciudadano que manifestó su desagrado hacia la gestión gubernamental y al disculparse por errores ajenos y no por los propios. La primera acción –la carrera para identificar y atrapar al autor del gesto que indignó al mandatario– constituye la mejor manera de irrespetar la tan reiterada majestad del cargo. Esa majestad descendió al nivel del peleón de barrio que personaliza los problemas y los soluciona por medio del puñetazo. El contenido de intolerancia y de excesos en el ejercicio del poder que encierra esa acción (frente a un ciudadano de a pie que está en condición de absoluta inferioridad) está reñido con la ética que requiere el ejercicio de una función pública. La segunda acción –atribuir a los policías el abuso en el uso de la fuerza sin considerar los efectos de su propia actuación– es evadir la obligación de hacerse cargo de su propia responsabilidad.

Malos tiempos para la ética y la responsabilidad.”

* Tomado de http://www.eluniverso.com/ el lunes 01 de febrero del 2010