Frente
a lo absurdo y retrogrado de las ideas que, a mi juicio, contienen ambos
artículos, envié sendas cartas a los directores, tanto de El Telégrafo como de
El Universo, pidiendo que las mismas sean publicadas como réplica a dichos
artículos. Francamente, yo no confiaba en que la carta a El Telégrafo se
publicara, pero tenía confianza en que la carta a El Universo si lo fuera. Sin
embargo El Telégrafo publicó mi carta integra en su edición del 8 de junio de
2013, mientras que El Universo, hasta la fecha, esto es 4 días después de enviada,
no lo ha hecho, por lo que presumo que ya no lo hará. Ambos hechos me han
sorprendido “agridulcemente”, si cabe el término. Los motivos no cabe
ahondarlos en este post, pero creo que pueden ser fácilmente deducidos. En fin…
Comparto entonces, los textos de las cartas que envié a los directores de El Telégrafo
y El Universo, ambas bastante parecidas, por lo semejante justamente, de las
caducas ideas expresadas en los artículos de marras.
Carta a El Telégrafo:
“Quito, 5 de junio de 2013
Licenciado
Orlando Pérez
Director
EL TELÉGRAFO
De mis consideraciones:
Nunca
mejor aplicado el dicho aquel de que “la ignorancia es audaz y ruidosa” que en
el artículo “Las minorías quieren imponer las reglas a las mayorías” firmado
por Humberto Mancero Mosquera y publicado el pasado 4 de junio en el diario que
usted dirige. Lograr que la página de opinión de un diario publique un artículo
lleno de falacias, mentiras y supuestos acerca de las personas GLBTI, que llega
incluso al disparate de comparar las diversas orientaciones sexuales con
parafilias como el bestialismo o la necrofilia, haciendo gala de una insensatez
y un oscurantismo profundos, pisando el terreno, incluso, de la injuria y la
incitación al odio, es de una osadía rayana en la temeridad, propia de un necio
que no se sabe tal.
Pero
no satisfecho con esa exhibición de sapiencia, entre otras joyas el agudo articulista
se atreve a decir también que los derechos de las minorías deberían ser
considerados siempre y cuando representen al menos al 10% de la población.
Ingenio puro!
Ahora,
el señor Mancero tiene derecho de pensar y escribir lo que le de la gana, pero
yo también, como ciudadano responsable debo hacer el intento, aunque sospecho
que vano, de ilustrar un poco al sesudo editorialista, para lo cual me permito
señalar primero, que las orientaciones sexuales diferentes hace tiempo que
dejaron de ser consideradas patologías, de lo cual existe abundante información
científica y sicológica que le recomiendo vivamente estudiar; y, segundo, que
la democracia no constituye la dictadura de las mayorías. Lo fundamental en
ella es la construcción de un sistema en que todos gocen de los mismos derechos
y no únicamente quienes hacen mayoría. Las decisiones en democracia jamás deben
atropellar a quienes son menos ni el gobierno facilitar herramientas para que
eso ocurra.
Al
amparo de los derechos constitucionales que me asisten y con la esperanza,
aunque creo que vana también, de que esta carta sea publicada como réplica al artículo
de Mancero en el diario que usted dirige, quedo de usted.
Atentamente,
Arturo
Moscoso Moreno”
Carta a El Universo:
“Quito, 6 de junio de 2013
Señor
Carlos
Pérez Barriga
Director
EL UNIVERSO
De mis consideraciones:
Me
he quedado asombrado con el contenido del artículo denominado “Los privilegios
de las minorías” escrito por Pedro X. Valverde Rivera, lleno de falacias e
inexactitudes, motivo por el cual, como abogado y miembro de una organización
de defensa de los DDHH, creo mi deber aclararle ciertas cosas al señor Valverde
sobre las que demuestra un total desconocimiento.
En
primer lugar Valverde afirma que “las minorías están de moda”, desconociendo
años de luchas de las minorías para lograr el reconocimiento de sus derechos. Hay
que aclararle al señor Valverde que no es una moda, es el avance del mundo en
el reconocimiento cada vez mayor de los derechos humanos. Por eso mismo, la
democracia, que también ha ido desarrollándose a lo largo de los años, no
constituye la dictadura de las mayorías. Las decisiones en una democracia que
se precie de ser tal jamás deben atropellar a quienes son menos ni el gobierno
facilitar herramientas para que eso ocurra. Las minorías no tienen
“privilegios”, simplemente son sus derechos que finalmente están siendo
reconocidos y respetados.
En
relación a la prohibición de símbolos religiosos en las escuelas hay que
recordarle o informarle a Valverde que el Ecuador es un estado laico desde la
revolución liberal, de la cual estamos conmemorando en estos días 118 años. Es un
total absurdo afirmar que se esté reprimiendo creencias prohibiendo símbolos
religiosos, los que pertenecen a los templos, no a las escuelas.
En
la definición de Valverde de matrimonio, le niega absolutamente tal calidad al
matrimonio igualitario. El matrimonio entre personas del mismo sexo es un
tema de Derechos Humanos Universales respaldado por la ONU y la Oficina del
Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, y que considera que el matrimonio es
un derecho que asiste a todas las personas con independencia de su orientación
sexual. Aquí debo nuevamente recordarle a
Valverde que en democracia los derechos son para todos y que la función de ésta
es buscar la construcción de un sistema en que todos gocen de los mismos
derechos y no únicamente quienes hacen mayoría. Si Valverde, al que supongo
heterosexual y yo, que también lo soy, podemos celebrar matrimonios con
nuestras parejas, no hay razón lógica alguna por la que no puedan hacerlo
también las personas con orientación sexual diversa, así como gozar de todos
los demás derechos que nos amparan a los demás, incluso procrear o adoptar. Lo
contrario es discriminar, lo que no sólo es
inconstitucional y violatario de los DDHH, sino inhumano.
Finalmente
Valverde al razonar casi caricaturéscamente sobre el feminicidio, lo que ya de
por si ridiculiza un tema muy grave a nivel mundial, desconoce totalmente que
este grave delito no es el asesinato de una mujer simplemente, es el asesinato
de una mujer por el hecho de ser mujer. Creo que no puedo ser más claro.
Yo
defiendo del derecho del señor Valverde a pensar y escribir lo que le de la
gana, así como la obligación que tiene el diario de publicarlo sin censura, pero
yo también, como ciudadano y ser humano que se siente directamente ofendido por
las expresiones de su artículo, al amparo de los derechos constitucionales que
me asisten, solicito a usted que esta carta sea publicada como réplica al artículo
de marras en el diario que usted dirige.
Atentamente,
Arturo
Moscoso Moreno”
(Esta carta, hasta la fecha, no ha sido publicada en El Universo)