En febrero de 2010 Wanda Taddei tuvo un altercado con su
esposo, el entonces baterista de la banda Callejeros (la misma que tocaba
cuando se incendio la discoteca Cromañón y murieron 194 personas), Eduardo
Vázquez. Según los informes, durante la discusión éste tomó una botella de
alcohol, lo roció sobre su esposa y le prendió fuego. Las quemaduras le
afectaron el 60% del cuerpo, agonizó durante diez días y murió. Tenía 29 años y
dejó a dos niños en la orfandad. Vázquez fue condenado a 18 años de reclusión
por homicidio agravado.
En agosto de 2007 Gonzalo Acro, jefe de una barra de
River Plate, finalizó su clase de boxeo en altas horas de la noche y salió
caminando junto a un compañero de hinchada. Doblaron una calle y fueron
sorprendidos por un grupo de personas, que, sin mediar palabra, les dispararon.
Acro recibió un tiro en uno de los muslos y dos en la cabeza. Ingresó al
hospital en coma y con pérdida de masa encefálica. Falleció tras 30 horas de
agonía. Tenía 29 años. Poco después se demostró que los asesinos eran hinchas
de River de otra barra, entre los cuales estaba Rubén Pintos, que fue condenado
a cadena perpetua por el crimen.
En días recientes el diario Clarín publicó algunas
fotografías de un acto de apoyo al régimen de Cristina Fernández organizado por
la agrupación abiertamente kirchnerista denominada “Vatayón Militante” (sic),
en las cuales se puede ver a Vázquez y a Pinto tocando en un concierto. En el
reportaje se denuncia que muchos presos son sacados de la cárcel a fin de
participar en actos políticos de apoyo al régimen. La reacción pública de
rechazo fue inmensa.
Mientras el padre de Wanda manifestaba públicamente su
estupor y dolor al enterarse que el asesino convicto de su hija tenía permiso
para salir a apoyar a Fernández, ésta, muy desparpajadamente y fiel a su
estilo, señalaba que el reportaje era “una mentira absoluta”, y que esos
encuentros no son políticos, si no que buscan “la reinserción del preso” a la
sociedad, criticando además que se utilice el dolor de los familiares de las
víctimas para atacar a su gobierno. "No les
importa la verdad; lo que sufren las víctimas o sus familiares tampoco; sólo
quieren ver cómo manipulan este dolor para atacar al gobierno".
Sin
embargo, casi al mismo tiempo, la misma organización Vatayón Militante
reconocía, mediante un comunicado de prensa, que los actos en los que
participaban los presos eran políticos. “Creemos y sabemos que la cultura siempre es política, hacemos política
desde la cultura. Porque todo es política”, dice el comunicado.
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